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martes, 25 de marzo de 2014

Independencia Dominicana de 1844

El 27 de febrero por la noche todo estaba preparado para dar el golpe contra la dominaciĆ³n haitiana, contando los dirigentes de la RevoluciĆ³n con el concurso de los batallones 31 y 32, compuestos por dominicanos y reintegrados a la plaza de Santo Domingo apenas el 30 de agosto, asĆ­ como con el apoyo de los hermanos Pedro y RamĆ³n Santana, cuyo prestigio en el Este aseguraba el concurso de toda la regiĆ³n oriental.

El plan de los revolucionarios era tomar posesiĆ³n de todos los fuertes de la vieja muralla que rodeaba la ciudad, tanto como del puerto y de la barca que enlazaba el barrio de Pajarito (actual Villa Duarte) en la parte donde antiguamente se fundĆ³ Santo Domingo, y la ribera occidental del rĆ­o, contando para ello con numerosos oficiales y clases de la guarniciĆ³n capitaleƱa que se habĆ­an comprometido en la revuelta.

Puerta de la Misericordia
Puerta de la Misericordia
Serra relata: "… se seƱalĆ³ el 27 de febrero a las 11 de la noche para proclamarse el advenimiento de la RepĆŗblica Dominicana…" El punto de reuniĆ³n era la Plaza de la Misericordia, al lado de la puerta que se conoce ahora como Puerta de la Misericordia. ContinĆŗa Serra: "CreĆ­amos que el nĆŗmero de los concurrentes serĆ­a mayor, pero desgraciadamente Ć©ramos muy pocos. Comprometida es la situaciĆ³n, dijo Mella, juguemos el todo por el todo; y disparĆ³ al aire su trabuco." Este disparo marcĆ³ el inicio de la abierta acciĆ³n separatista.


AcercĆ”ndose entonces todos los patriotas al Baluarte del Conde, el cual fue entregado a los febreristas por el Oficial Comandante, jefe de destacamento militar del Conde, Teniente MartĆ­n GirĆ³n, quien habĆ­a sido conquistado por don Manuel Jimenes, el mismo que en un futuro habrĆ­a de ser Presidente de la RepĆŗblica. Desde ese momento, el Baluarte del Conde quedĆ³ convertido en cuartel general y centro principal de la RevoluciĆ³n, al dirigirse desde allĆ­ todas las operaciones e instalarse el primer Gobierno de la RepĆŗblica, presidido por SĆ”nchez, y con la denominaciĆ³n transitoria de Junta Gubernativa Provisional, de la cual formaban parte ademĆ”s, RamĆ³n Mella, JosĆ© JoaquĆ­n Puello, Remigio del Castillo, Wenceslao de la Concha, Mariano EchavarrĆ­a y Pedro de Castro y Castro.

Luego que los rebeldes tomaron posesiĆ³n del Baluarte, JosĆ© LlaverĆ­as abriĆ³ el portĆ³n con una bayoneta a fin de que por ella penetraran los primeros refuerzos que recibiĆ³ la RepĆŗblica, llegados del cercano pueblo de San Carlos [en la actualidad, un barrio de la ciudad de Santo Domingo] al mando de Eduardo Abreu. El Teniente Ɓngel Perdomo preparĆ³ la artillerĆ­a del mismo, asĆ­ como la del fuerte de La ConcepciĆ³n; entre los que lo ayudaron hay que agregar a la tĆ­a de SĆ”nchez, la heroica e infortunada MarĆ­a Trinidad SĆ”nchez, quien "en sus propias faldas conducĆ­a pĆ³lvora para las murallas" y repartĆ­a cartuchos en las murallas.

La incursiĆ³n realizada esa noche por el Coronel Deo HĆ©rard (hijo del Presidente Charles HĆ©rard ainĆ©), se replegĆ³ al ser recibida por una nutrida descarga disparada por los patriotas.

La RepĆŗblica Dominicana fue proclamada, en ausencia de Duarte, la noche del martes 27 de febrero de 1844 en la puerta de El Conde de la ciudad de Santo Domingo por TomĆ”s Bobadilla, Francisco del Rosario SĆ”nchez, MatĆ­as RamĆ³n Mella, Manuel Jimenes, Vicente Celestino Duarte, JosĆ© JoaquĆ­n Puello, Gabino Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, TomĆ”s de la Concha, Cayetano RodrĆ­guez, FĆ©lix MarĆ­a del Monte y otros patriotas. En el Seybo, el mismo 27 en la madrugada, Pedro Santana, ya se habĆ­a adelantado proclamando la SeparaciĆ³n de HaitĆ­, siendo aclamado General del EjĆ©rcito.

El dĆ­a 28 de febrero, al amanecer, grupos de dominicanos tenĆ­an cercada La Fuerza (actualmente, Fortaleza Ozama) y todos los puestos de guardia haitianos, y turbas amenazadoras se arremolinaban en torno a las residencias de las personalidades haitianas de mayor significaciĆ³n; ademĆ”s, ya patrullas dominicanas recorrĆ­an todas las calles de la ciudad, Evidentemente amedrentado por la actitud agresiva de los dominicanos, el comandante General Henri Etienne Desgrotte suscribiĆ³ dos cartas: una dirigida al CĆ³nsul Saint-Denys, manifestĆ”ndole el grave peligro que corrĆ­an los miembros de la colonia haitiana, dejando constancia de su disposiciĆ³n para iniciar negociaciones con los insurrectos; y la otra, dirigida a los revolucionarios de la Puerta del Conde, invitĆ”ndolos a darle a conocer sus propĆ³sitos y sus aspiraciones. Esta gestiĆ³n del General Desgrotte fue conocida por la Junta Gubernativa Provisional que se habĆ­a constituido, de facto, desde la noche anterior.

La Junta Provisional respondiĆ³ por escrito diciendo que

la privaciĆ³n de nuestros derechos, las vejaciones y la mala administraciĆ³n del gobierno haitiano, nos ha puesto en la firme e indestructible resoluciĆ³n de ser libres e independientes, a costa de nuestras vidas y nuestros intereses, sin que ninguna amenaza sea capaz de retractar nuestra voluntad.
Mientras se escribĆ­a esta declaraciĆ³n, el tambor redoblaba incesantemente en el Baluarte, tocado por el soldado NicolĆ”s de Bari en seƱal de libertad.

Los haitianos se consideraron sin fuerzas para combatir un alzamiento de tal magnitud, y para protegerse apelaron a los buenos oficios del CĆ³nsul de Francia, Saint-Denys. Las negociaciones por intermedio del CĆ³nsul francĆ©s avanzaron en el curso del dĆ­a 28 y al llegar la noche, Desgrotte y sus oficiales y soldados habĆ­an capitulado mediante un documento de diez puntos que firmaron: la comisiĆ³n designada por la Junta para negociar, la Junta misma, los comisionados de Desgrotte el propio Desgrotte y finalmente el CĆ³nsul de Francia. La capitulaciĆ³n por parte de los haitianos garantizaba la entrega pacĆ­fica del Poder a los dominicanos y facilitaba la salida de los funcionarios depuestos y sus respectivas familias dentro de un plazo razonable y en condiciones honorables.

Aquel mismo dĆ­a se confeccionaba la primera bandera dominicana, creada con elementos de la misma haitiana, colocĆ”ndole a Ć©sta una cruz blanca que partĆ­a en cuarteles las dos franjas horizontales -azul y rojo- del pabellĆ³n occidental. Posteriormente los cuadros azules y rojos de la bandera dominicana fueron alternados. La tradiciĆ³n popular le atribuye la confecciĆ³n de la primera bandera a ConcepciĆ³n Bona, vecina del cĆ©lebre Baluarte.

El primer himno dominicano fue obra del escritor FĆ©lix MarĆ­a del Monte, teniente de la Guardia Nacional, quien lo improvisĆ³ mientras prestaba servicios en la Fortaleza Ozama el primero de marzo de 1844.

Con la entrega de la fortaleza, el arsenal y las oficinas de Hacienda, la RevoluciĆ³n se adueĆ±Ć³ totalmente del poder el dĆ­a 29 de febrero por la maƱana y la Junta provisional dejĆ³ solemnemente constituida la RepĆŗblica Dominicana nombrando, al mismo tiempo, varios delegados para que visitaran los demĆ”s pueblos de la parte del Este para comunicar las noticias de la SeparaciĆ³n y tratar de que esos pueblos proclamaran a su vez su separaciĆ³n de HaitĆ­.

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